Hace 10 años en esta región dominada por el estado argentino
todo estalló. En el primer estado de sitio desafiado de la historia argentina, una explosión de solidaridad y rabia se apodero de las calles. Saqueos de comida, barricadas para enfrentar a la policía y limitar el paso de mercancías, ocupación de las calles y sobre todo, la creación de una red humana de confianza con el otro, con aquel al que pocos días antes apenas le conocía el rostro. Por unas horas en las principales ciudades del país, el panorama de desafío a la autoridad y a la represión era total. La sofocante y húmeda ciudad donde vivimos hoy, fue uno de los lugares donde se desarrollo aquel acontecimiento. La represión fue feroz dejando 7 muertos. Pero algo prendió, tibiamente tal vez, quedando su huella.
Adolescentes y jóvenes que habían quedado convulsionados por aquellas jornadas y por lo que se vivió en los meses siguientes buscaban lugares para hacer oír su voz, su rabia y sus propuestas. Parecía que algo nuevo podía nacer.
Así en diferentes zonas, por ejemplo se articularon asambleas y se ocuparon clubes de barrio donde poder materializar deseos y construir colectivamente.
Uno de esos lugares donde la ráfaga caliente de diciembre del 2001 trajo consigo sangre joven fue la Biblioteca “Alberto Ghiraldo”,
“la biblioteca anarquista”.
Venían de diferentes palos, algunas habían estado en el monumento a la bandera ese 20 a la madrugada, otros en las asambleas barriales, algunos venían con crestas y parches. Muy pronto pasaron a ser parte orgánica de la biblioteca.
Pero la biblioteca Ghiraldo no estaba ahí por arte de magia o por alguna extraña bondad celestial. Estaba ahí por que otras personas, jóvenes también en su momento, habían resistido, a lo largo de
su historia, las sucesivas represiones tanto democráticas como dictatoriales. La represión del capital a fin de cuentas.
Cerrada durante el primer peronismo por “antiargentina”, se convirtió en un espacio central en la resistencia a la dictadura de Ongania. Seguía abierta en los primeros años de la
dictadura del 76, en un sótano donde se tenía que entrar de a uno para evitar sospechas.
Es bueno decir que los anarquistas de ese tiempo dieron lugar a militantes políticos del socialismo y del radicalismo para poder reunirse y debatir sus cuestiones. De otra forma les hubiera sido imposible. De radicales y socialistas ya sabemos lo que hemos recibido y actualmente recibimos.
Con crisis económica, con allanamientos o con traidores que solo vieron a la biblioteca como algo descartable, los compañeros y compañeras que nos precedieron mantuvieron las puertas abiertas para que la lucha y la memoria siga transitando en otros que se acercan a compartir sus puños.
Para ellos, nuestro mejor recuerdo y agradecimiento.
Actualmente la Biblioteca y Archivo Histórico-Social “Alberto Ghiraldo” no es pensada como un espacio meramente cultural o alternativo. La biblio, como le decimos, es un lugar para la lucha, la difusión y la agitación. Y no cualquier lucha, sino la lucha de clases, la histórica lucha del proletariado por liberarse del capitalismo asesino que en su historia solo ha desparramado masacres, enfermedades, miseria y depresión a gran parte de la humanidad y su entorno. También esto incluye a sus mejores socios, la
Iglesia quien bendice con su brutalidad histórica cada matanza humana en manos del negocio y el dinero. Por supuesto que no vamos a cambiar el mundo con bibliotecas, sino con solidaridad, lucha y conciencia histórica por fuera de los canales legales estatales y reformistas, lo que construimos aquí diariamente en nuestra cotidianidad.
Esta biblioteca, este humilde lugar sostenido por el esfuerzo colectivo y sin ningún peso del estado, ha sido eco de diferentes luchas de otros hermanos y hermanas alrededor del mundo. La contracumbre de Genova, La Comuna de
Oaxaca, la Insurrección de
Grecia, las sucesivas revueltas en
Chile, el encarcelamiento de nuestro compañero
David en Uruguay y muchos otros sucesos han sido difundidos desde aquí, entendiendo que esas luchas son nuestras luchas también, que aquella mano que ahoga y lastima en otras latitudes es la misma que nosotros tenemos que enfrentar. De la misma forma la biblio ha sido y es visitada por compañeros de los más diversos lugares del mundo, de Australia a México, de Italia a Ecuador.
En sucesivas jornadas de charlas, presentaciones de libros, proyecciones o publicaciones las historias de lucha proletaria en esta región del mundo han vuelto a la vida, arrancadas de la muerte de la historiografía burguesa que las quiere negar y ocultar: La Patagonia Rebelde, las luchas contra
La Forestal en el Chaco Santafesino,
SITRAC–SITRAM en Córdoba, la lucha de
“Pampa Libre” con los hacheros, bolseros y peones de estancia, “anarquistas de a caballo” como dijo Jorge Etchenique aquella vez, los épicos episodios de aquella Rosario llamada “La Barcelona Argentina”, de
Virginia Bolten oradora del 1er 1º de Mayo en Argentina alzando su voz en la Plaza López en 1890 la juventud de Luisa Lallana arrancada de un balazo durante la huelga de los portuarios en 1928, la estoica valentía de
Joaquin Penina gritando ¡Viva La Anarquía! en las barrancas del Saladillo, antes de ser fusilado por las balas de la dictadura de Uriburu en 1930. Rescatamos esa memoria siempre compartiéndola para aprender colectivamente, para no tener que empezar de cero todo el tiempo y por que no es solo un recuerdo de museo como pretenden los burgueses, sino que es nuestro combustible.
Desde hace años los compañeros y compañeras de la biblio rescataron de la burla institucional
el 1º de Mayo, convertido en un feriado turístico, de ocio alienado, sin memoria. Cada año el acto recuerda a los Mártires de Chicago, aquellos que junto a otros miles luchaban por las 8 horas de trabajo, para ganar horas de vida para la formación, para sus hijos, para el amor, para la lucha. Por eso cada año la consigna es la misma, para que no se le olvide a nadie: 1º de Mayo, Anticapitalista, Internacionalista, Revolucionario.
Integrantes de este espacio han dado su tiempo, esfuerzo y solidaridad en diferentes conflictos de la ciudad, aguantando la represión policial, el frio de una noche de pegatina, la demagogia y la búsqueda de rédito político por parte de los especuladores. De cualquier forma siempre se mantuvo una ética y un desinterés real y genuino y nunca se recibió nada a cambio, por que donde otros ven votos o dinero, nosotros vemos personas que tienen que sufrir el mismo estilo de vida, basado en la explotación y en la alienación y a quienes no tenemos nada que ofrecerles más que nuestra acción que siempre será a su lado, nunca atrás ni adelante.
En
“Un Poquito de Tanta Verdad” emotivo documental sobre la hermosa rebelión de Oaxaca en el 2006, alguien dice que ante la violencia del Estado ellos habían sido como el David frente al Goliat, saliendo a tirar piedras contra los tanques.
En este contexto de felicidad artificial democrática, tal vez nosotros seamos así, pequeños frente a un monstruo gigante pero sabemos y tenemos la profunda convicción que tarde o temprano, entre nosotros y otros que andan por ahí evitando dormir el sueño demócrata o que se despertaran de él, lo vamos a tumbar con piedras en las manos.
Para llegar a una verdadera comunidad mundial, donde la explotación del hombre por el hombre, el racismo, el sexismo y la degradación ambiental no puedan, ni siquiera ser concebidas.
¡Salud y que viva la anarquía!