“¿Qué es la propiedad? ¡Es el robo!”
(P.J. Proudhon)
Más de un centenar de países participarán el 23 de abril de las celebraciones de la 13ª edición del Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor, proclamado por la UNESCO en 1996. Editoriales, librerías, bibliotecas, escuelas, centros culturales y sociedades de autores del mundo entero conmemorarán la fecha, poniendo una vez más en relieve el papel que desempeña el libro en la sociedad de nuestros días. El libro como mercancía, como herramienta de la ideología dominante, con su contenido preso de la propiedad intelectual.
Cuando criticamos a la propiedad intelectual y la pasamos por encima, no nos referimos a apropiarnos de un libro para su uso comercial, sino todo lo contrario, de tomarlo para fomentar su uso social, colectivo. De la misma manera, no fomentamos okupar una casa para ponerla en alquiler y cobrarle a las personas por vivir allí. Ahora, si algún oprimido necesita copiar y vender las películas de Universal o Warnen Bros. está claro que no vamos a oponernos.
Además, nadie tiene ideas que no hayan sido directa o indirectamente influenciadas por las relaciones sociales que mantiene en las comunidades de las que forma parte: por ende, si la génesis del conocimiento es social, su uso también debe ser social.
Hoy "derechos de autor" equivale a "copyright". Aunque hace tres siglos, cuando este último se inventó, no existía ninguna posibilidad de "copia privada" o de "reproducción sin ánimo de lucro", ya que sólo un editor tenía acceso a la maquinaria tipográfica, mientras el resto de la sociedad estaba obligada a renunciar al libro si no podía comprarlo. Entonces, el copyright no era percibido como anti-social, era el arma legal de un empresario contra otro. Hoy es el arma de la burguesía contra el resto de la sociedad.
“Os horrorizáis -se expresa en el Manifiesto Comunista- de que queramos abolir la propiedad privada. Pero, en vuestra sociedad actual, la propiedad privada está abolida para las nueve décimas partes de sus miembros; la misma existe precisamente porque no existe para esas nueve décimas partes. Nos reprocháis, pues, el querer abolir una forma de propiedad que no puede existir sino a condición de que la inmensa mayoría de la sociedad sea privada de propiedad.”
Ya no estamos obligados a comprar para leer un libro, alguien puede prestárnoslo, podemos fotocopiarlo, bajarlo de internet, o acudir a las bibliotecas populares o independientes del Estado para leerlo, compartilo y conversarlo con otras personas.
Por lo tanto, seguimos llevando adelante y alentando las iniciativas que tiendan a compartir la información y las reflexiones necesarias para cambiar esta realidad impuesta.
Cuando criticamos a la propiedad intelectual y la pasamos por encima, no nos referimos a apropiarnos de un libro para su uso comercial, sino todo lo contrario, de tomarlo para fomentar su uso social, colectivo. De la misma manera, no fomentamos okupar una casa para ponerla en alquiler y cobrarle a las personas por vivir allí. Ahora, si algún oprimido necesita copiar y vender las películas de Universal o Warnen Bros. está claro que no vamos a oponernos.
Además, nadie tiene ideas que no hayan sido directa o indirectamente influenciadas por las relaciones sociales que mantiene en las comunidades de las que forma parte: por ende, si la génesis del conocimiento es social, su uso también debe ser social.
Hoy "derechos de autor" equivale a "copyright". Aunque hace tres siglos, cuando este último se inventó, no existía ninguna posibilidad de "copia privada" o de "reproducción sin ánimo de lucro", ya que sólo un editor tenía acceso a la maquinaria tipográfica, mientras el resto de la sociedad estaba obligada a renunciar al libro si no podía comprarlo. Entonces, el copyright no era percibido como anti-social, era el arma legal de un empresario contra otro. Hoy es el arma de la burguesía contra el resto de la sociedad.
“Os horrorizáis -se expresa en el Manifiesto Comunista- de que queramos abolir la propiedad privada. Pero, en vuestra sociedad actual, la propiedad privada está abolida para las nueve décimas partes de sus miembros; la misma existe precisamente porque no existe para esas nueve décimas partes. Nos reprocháis, pues, el querer abolir una forma de propiedad que no puede existir sino a condición de que la inmensa mayoría de la sociedad sea privada de propiedad.”
Ya no estamos obligados a comprar para leer un libro, alguien puede prestárnoslo, podemos fotocopiarlo, bajarlo de internet, o acudir a las bibliotecas populares o independientes del Estado para leerlo, compartilo y conversarlo con otras personas.
Por lo tanto, seguimos llevando adelante y alentando las iniciativas que tiendan a compartir la información y las reflexiones necesarias para cambiar esta realidad impuesta.
Biblioteca y Archivo Histórico Social “Alberto Ghiraldo”
www.bibliotecaalbertoghiraldo.blogspot.com
Abril de 2010. Rosario, región argentina
www.bibliotecaalbertoghiraldo.blogspot.com
Abril de 2010. Rosario, región argentina
- Mas información al respecto:
http://es.wikipedia.org/wiki/Derecho_de_autor
http://www.wumingfoundation.com/italiano/outtakes/copyleft_explicado.html
En esta sociedad capitalista, no sólo lo económico está considerado un capital, también existe el capital "cultural". El intelectual se aprovecha de ese conocimiento social, como dice en la nota, y en vez de distribuirlo desinteresadamente para ayudar y acercar el conocimiento a los oprimidos, lo transforma en el capital que verdaderamente le interesa, el económico. todos esos "intelectuales capitalistas" lo único que hacen es reproducir y asegurar el orden establecido.
ResponderEliminarClon.